Grupos de Origen en los Registros Akáshicos: las raíces del alma

Abrir los Registros Akáshicos es adentrarse en un espacio donde el tiempo y el espacio dejan de tener límites. Allí se revelan memorias, aprendizajes y patrones, pero también algo más profundo: el grupo de origen del alma. Este es el punto de partida energético de cada ser, la frecuencia en la que nació y que dejó una huella imborrable en su manera de vivir y aprender.

Conocer tu grupo de origen no significa colocarte una etiqueta, sino reconocer una raíz vibracional que explica por qué piensas, sientes y actúas de determinada manera. Es recordar de dónde vienes para comprender mejor hacia dónde vas.


¿Qué son los grupos de origen?

Los grupos de origen son familias vibracionales. Representan el lugar energético donde el alma inició su recorrido, mucho antes de sus encarnaciones en la Tierra. Esa primera experiencia marca dones naturales, retos recurrentes y una visión particular de la vida.

Acá mencionaremos algunos de los grupos de origen, que bajo la metodología de Camino Udumbara ocupamos:

Tierra: almas ligadas a la naturaleza y la seguridad. Constantes, buscan estabilidad, aunque a veces se resisten al cambio.

  • Marte: portan fuerza, disciplina y energía de acción. Pueden sentirse atraídos por lo militar o lo físico; su reto es usar el poder con sabiduría.
  • Maldec: provienen de un planeta destruido. Son analíticos y estrategas, pero cargan con temores ligados a las consecuencias de sus decisiones.
  • Procyan: vinculados con la comunicación y la expansión de ideas.
  • Sirio: guardianes de sabiduría profunda y del conocimiento espiritual universal.
  • Arcturus: innovadores y visionarios, con fuerte impulso hacia la evolución y el cambio.
  • Alpha Centauri: buscan orden, estructura y estabilidad en todo lo que hacen.
  • Hadar: traen sensibilidad, amor y deseo de unión, aunque a veces se pierden en exceso de empatía.
  • Draco: cargan energía de poder y liderazgo; su aprendizaje es transformar el control en servicio.
  • Mission Realm: almas con un fuerte propósito, enfocadas en proyectos colectivos y de impacto mayor.
  • Mintaka: conservan la memoria de pureza y armonía perdida; sienten nostalgia por un “hogar” ideal.
  • Polaris: guías natos, con energía orientada al liderazgo espiritual y la dirección.
  • Pléyades: sensibles, empáticas, ligadas a la belleza y la conexión emocional.
  • Spica: vinculadas a la percepción sutil y a la espiritualidad refinada.
  • Vega: artísticas y creativas, con impulso transformador a través de la expresión estética.
  • Nihal: prácticas, enfocadas en experimentar y aplicar el conocimiento.
  • Parallel: fuentes como Anna Sayce los describen como almas de alta vibración, ligadas a la energía de la libertad y que a menudo sienten que no encajan del todo en la Tierra.
  • Blueprint Diseñador: creadores de estructuras y proyectos energéticos.
  • Blueprint Técnico: especialistas en precisión y detalle, encargados de la construcción energética.
  • Blueprint Libertador: vienen a romper cadenas y liberar patrones limitantes.
  • Blueprint Reparador: restauran equilibrio, reconstruyen lo roto tanto en lo físico como en lo espiritual.
  • Andrómeda: almas libres, buscan expansión y autenticidad.
  • Atlantes: ligadas al conocimiento ancestral y a la tecnología, con memoria del agua.
  • Lyra: pioneros y portadores de sabiduría antigua.
  • Orión: justicieros y amantes de la verdad, con tendencia a la polarización.
  • Nibiru: innovadores que traen energía de ruptura, aunque pueden sentirse inestables.
  • Ceres: ligadas a la fertilidad, lo maternal y la abundancia.
  • Épsilon: energías que buscan orden y disciplina en el caos.
  • Mizrahim: místicas y sanadoras, con dones espirituales profundos.
  • Solarianos: vitales, entusiastas, irradiando energía a otros.
  • Custodios: resguardan información akáshica, con misión de guía y protección.
  • Guerreros del Tiempo: integran pasado y presente, trayendo memoria histórica.
  • Almas Estelares: ligadas a diversas constelaciones, con visión expansiva.
  • Maestros del Equilibrio: buscan integrar polaridades: luz y sombra, materia y espíritu.

Reconocer tu grupo de origen no es un ejercicio de curiosidad ni una etiqueta que limita, sino una puerta hacia el recuerdo profundo de tu ser. Es comprender que la energía con la que naciste —esa primera frecuencia en la que tu alma se formó— influye en cada aspecto de tu vida: desde la forma en que amas y trabajas, hasta la manera en que enfrentas los retos y descubres tus talentos.

Cada grupo de origen trae consigo una huella que no desaparece, aunque vivamos miles de experiencias en la Tierra. Algunas almas buscan estabilidad y orden, otras ansían libertad y movimiento; unas vibran con la sabiduría antigua y otras con la creatividad artística o la capacidad de sanar. Ninguna es mejor que otra: todas forman parte del gran tejido universal donde cada hilo tiene un lugar único y necesario.

Conocer tu grupo de origen también te recuerda que no estás sola ni solo. Perteneces a una familia energética mayor, compuesta por miles de almas que comparten la misma raíz. Y aunque la vida humana a veces se sienta desconectada o caótica, saber de dónde vienes te da un sentido de pertenencia y de propósito.

En los Registros Akáshicos, este conocimiento no se entrega como una sentencia, sino como un recordatorio amoroso: tienes dones que ya viajan contigo desde tu primer origen y también aprendizajes que tu alma decidió abrazar. Reconocerlos es un acto de libertad y de claridad.

Al final, los grupos de origen son un mapa, no un destino. Son la brújula que te recuerda tu esencia para que camines tu vida con más confianza, abrazando tanto la luz como los desafíos que te acompañan. Porque el viaje del alma, en todas sus formas y raíces, es siempre una invitación a volver a ti y a tu propósito más elevado.